miércoles, 26 de junio de 2013

Quiero ser rápido como Flash


Es algo que siempre he deseado poder correr como el hombre más rápido... o como Usain Bolt. Pero no puede ser, físicamente no estoy dotado ni para la velocidad, ni para el fondo, ni para ninguna actividad física. ¿Me siento marginado? No, tengo otras cualidades. No todos podemos ser tan rápidos, ni levantar mucho peso, ni conducir como Fernando Alonso, ni machacar como Rudy. La gente no se suele frustrar por eso.

Es por eso que no entiendo esa manía regre de que todos tengan que sacar las mismas notas y todos tengan que estudiar una licenciatura aunque sea en ciencias políticas o en calentología. Es incomprensible la que se ha montado por la propuesta del ministro Wert para tratar de mejorar la calidad de nuestra enseñanza superior. Medida que a mi me parece insuficiente y pusilánime.

Nuestro sistema es malo. Está viciado en el origen: es absurdo pretender que el objetivo del sistema educativo sea generar licenciados. Debería ser formar profesionales: unos serán licenciados, otros técnicos procedentes de la formación profesional y otros tendrán estudios de postgrado. Todos igualmente dignos, y cada uno orientado a su nicho de mercado. En ese sistema, el coste de cada opción debería estar reflejado en la matrícula (actualmente el coste de la matrícula es una beca encubierta) y debería ser más caro estudiar una licenciatura o un doctorado, menos la formación profesional y para la enseñanza básica debería haber una oferta pública y un cheque escolar para el que escogiese una opción privada. Las becas solamente para los alumnos más destacados y su cuantía y criterios de concesión deberían estar vinculadas a criterios académicos. Una nota de 6.5 para una beca es un poco triste comparado con lo que te exigen en otros países. Además el argumento ese de que los hijos de padres adinerados no pueden recibir becas es absurdo. ¿Por qué no limitarles también la nota máxima que puedan sacar? ¿Qué tendrá que ver la renta de tu padre con que reúnas méritos para que te den una beca?


Me siento además insultado. De los argumentos que se escuchan a los políticos socialistas, regres de los foros y tertulianos parece ser que los pobres, los que tienen menos recursos, son tontitos... somos tontitos y si las becas no nos las vinculan exclusivamente a los ingresos no nos las podríamos ganar por nuestros medios. Mi padre tuvo que pluriemplearse para pagar nuestros estudios, nada de vacaciones (más que al pueblo) y nada de caprichos. A pesar de eso los dos hermanos nos licenciamos y yo me doctoré. 

Señor Rubalcaba, los pobres no somos tontitos y hay pobres muy dotados intelectualmente, los hay que se esfuerzan y alcanzan la excelencia y los hay que por más ayudas que reciban su destino será en el mejor de los casos recoger melocotones... Como entre los ricos como usted.

viernes, 21 de junio de 2013

Mentiras y calumnias


Leía hace poco el imprescindible "Intelectuales" de Paul Johnson en el que, entre a otros muchos, se retrata a Bertold Brecht. Cobarde, mentiroso, manipulador, prototipo del progre. Renunció a su ciudadanía alemana, no por la soviética que habría sido lo más coherente con su ideología, si no por la austriaca (un país neutral), al tiempo que conseguía el apoyo del estado de la Alemania Democrática, cobrando los derechos de autor en la Alemania Federal en una cuenta en Suiza. ¡Un crac!
 Llama la atención la fascinación que surge continuamente por esta figura entre socialistas de todas las filas (del PSOE al PP, valga la redundancia).

No obstante repugna que se divulguen profanaciones de la Biblia como la que se muestra en el enlace.

miércoles, 12 de junio de 2013

No es el camino



Lo de esta España nuestra ya empieza a estar más allá de toda esperanza. Se preguntaba Elentir en su blog, y con razón, ¿qué esperanza hay para una sociedad que acepta un drama como el del aborto? ¿Qué esperanza hay si son más importantes las tribus (comunidades autónomas o nacionalidades) que la Nación? ¿Qué esperanza hay si la economía sigue siendo lo primero? ¿Qué esperanza hay si las prebendas disfrazadas en falsas libertades priman sobre las Libertades de verdad?

Me dan miedo las siguientes citas electorales que se presentan en el horizonte. Me dan miedo porque el PP está dilapidando la confianza que se depositó en ellos incumpliendo sistemáticamente todas y cada una de sus promesas electorales y poniendo la economía sobre los principios y el cortoplacismo sobre la economía. Me da miedo porque el PSOE no se está regenerando y sigue en su camino del "o se hace lo que yo quiero o cuando me toque mandar lo cambio todo". Me da miedo porque los que están subiendo son por un lado la izquierda más radical (IU y ERC) y por el otro la nada más absoluta.

El problema no es ya que nos se den los diagnósticos adecuados a los problemas que hay, el problema es que ya no somos capaces de ver tan siquiera cuales son los problemas. Vivimos en una sociedad enferma, cansada, sin ninguna vitalidad y sin ningún tipo de valores. 

El problema no son los casi cinco millones de parados, sino que en realidad no hay ni de lejos casi cinco millones de parados: el tamaño de nuestra economía sumergida asusta. El fraude y la corrupción impera a todos los niveles,  no hace falta mirar a la casta política o a la casa real para verlo. Hay fraude al pagar los impuestos, fraude al declarar el IVA, al contratar. Escalamos hacia abajo la corrupción, "si el de arriba roba mejor intento pillar lo mío", y hacia arriba.

El problema no es que se destine poco a educación o a investigación, el problema es que para el uso que se le da se destina demasiado. Programas estúpidos y nuevos cada legislatura, falta de disciplina y de cultura del esfuerzo, igualitarismo en los resultados que se traduce en igualar por lo bajo. La investigación universitaria es inútil y su financiación solo consigue la perpetuación de un sistema endogámico de clanes familiares o de amiguetes.

Funcionarios arrogantes con el que tienen que servir y quejicas con cualquiera que les escuche; trabajadores por cuenta ajena poco profesionales y dados al escaqueo; empresarios explotadores y sin escrúpulos que no solo aceptan la corrupción sino que la fomentan...

Incluso instituciones como la Iglesia (la única que hace algo por atenuar la situación de muchos compatriotas) no se escapa de las críticas: pasividad ante los políticos proabortistas que no dudan en ponerse la bandera de católicos, complicidad con nacionalismos sino con terroristas y hasta los hay que no dudan en caer en el mensaje de que la economía es lo primero y tratan de aportar soluciones más o menos apolilladas.

¿Quién es pues el culpable? Los culpables somos nosotros. El culpable soy YO. 

¿Qué podemos hacer? No lo sé... yo tengo miedo.

martes, 4 de junio de 2013

¿Gallina o gallina doble?



¿Qué fue antes el huevo o la gallina? ¿Los terroristas suicidas con varias capas de calzoncillos o la becaria responsable de una información no contrastada? ¿El reto a debatir con quien fuese o el descontrol de esfínteres ante alguien con principios que le acepta el reto? Tal vez Iñaki tenga que emular a los terroristas de la becaria y plantarse algún calzoncillo extra...