Dice el obispo de Santander, Monseñor Vicente Jiménez Zamora, que es injustificado excluir del sistema a los inmigrantes ilegales. Creo que se equivoca claramente. Teniendo en cuenta que el sistema sanitario lo pagamos todos, creyentes, no creyentes, ricos, pobres,... Que es algo que sale de nuestros impuestos, por lo que pagamos y por lo que esperamos recibir unas prestaciones en caso de necesitarlo. Que es algo que, sobre todo en estos tiempos de crisis, tiene unos recursos limitados. Eso me lleva a una serie de preguntas:
¿Se puede obligar a la gente a ser generosa en lo que a su salud se refiere? "Sí, usted pagó por la atención sanitaria, pero verá tenemos que atender a todos estos sin papeles con lo que sus pruebas tendrán que esperar. No se preocupe que creo que no es cáncer."
¿Qué valor tiene la generosidad obligada? ¿Era generoso con los pobres el Duque de Nottingham cuando le robaba Robin Hood? ¿Era generoso el propio Robin Hood cuando repartía a los pobres lo que no era suyo?
¿Le dijo Nuestro Señor Jesucristo al joven rico que vendiese lo que tenía y diese el dinero a los pobres o les dijo a sus discípulos que le quitasen el dinero a la gente y se lo diesen a los pobres?
Otra cuestión sería que Monseñor Jiménez propusiese que los católicos contribuyésemos a un fondo para atender en hospitales de la Iglesia a inmigrantes ilegales: eso sí sería apelar a la generosidad, lo otro es bandolerismo en nombre de una causa que uno considera justa pero que otro podría no considerarla así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario