viernes, 17 de mayo de 2013

Parece un pato, se mueve como un pato, suena como un pato...



Podía haber sido cualquier día. Es inevitable. Te pones a hablar, sale el tema de la Iglesia y en seguida surge el tema de la hipocresía, la pederastia y las letanías habituales. De nada vale argumentar la incidencia de casos de pederastia en el seno de la Iglesia en comparación con otros colectivos, de las peticiones de perdón, de que incluso la existencia de casos chocan con la idea que se trata de transmitir y que son condenados. De repente surge la figura del Dalai Lama. ¡Ese sí que es un hombre santo! ¿Y los budistas? ¡Qué ejemplo de coherencia, de vida pacífica y de espiritualidad!

Lo confieso, ahí se me hinchó la vena y le hablé de los casos generalizados de abusos de monjes hacia los niños aprendices, los chelas. Y al tratar de demostrárselo (lo que tienen los teléfonos móviles "inteligentes" de hoy en día) fueron surgiendo nuevos argumentos: abusos infantiles (que salpican hasta la figura del Dalai Lama),  violaciones de mujeres (que salpican al gurú Sogyal Rinpoche), hasta un documental alemán hablando de las violaciones de derechos humanos del Dalai Lama, o incluso colaboración con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial... Eso por hablar de violaciones, abusos y torturas. ¿Hablamos de hipocresía? No sabemos si opina que la moralidad y la religión son claves para la estabilidad social (octubre de 2011) o si ya no son adecuadas para fundamentar una ética (septiembre de 2012).

Sin embargo, el glamour de Hollywood, los ataques desde la República Popular China, una buena publicidad, el ser la voz de una nación oprimida y el ser una imagen políticamente correctas hacen del Dalai Lama una "referencia" para cualquiera... para cualquiera que se contente con una imagen vacía. Pero si miramos en su pasado parece un pato; si buscamos un poco en la prensa sus escándalos sexuales, se mueve como un pato; si tratamos de ver más allá de sus palabras, suena como un pato. Solo podemos concluir que es un pato... un tirano, un hipócrita, posiblemente un delincuente y sin duda uno de los mayores embaucadores que hay.

No hay comentarios:

Publicar un comentario