Leía hace poco el imprescindible "Intelectuales" de Paul Johnson en el que, entre a otros muchos, se retrata a Bertold Brecht. Cobarde, mentiroso, manipulador, prototipo del progre. Renunció a su ciudadanía alemana, no por la soviética que habría sido lo más coherente con su ideología, si no por la austriaca (un país neutral), al tiempo que conseguía el apoyo del estado de la Alemania Democrática, cobrando los derechos de autor en la Alemania Federal en una cuenta en Suiza. ¡Un crac!
Llama la atención la fascinación que surge continuamente por esta figura entre socialistas de todas las filas (del PSOE al PP, valga la redundancia).No obstante repugna que se divulguen profanaciones de la Biblia como la que se muestra en el enlace.
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