El manicomio nacional

Los acontecimientos de la pasada Diada han dado un giro inesperado... ¿inesperado?

Cuando parecíá que el nacionalismo catalán iba a culminar su camino dejando en papel mojado la constitución, acabando con cinco siglos de unidad nacional y convirtiendo en un paraíso terrenal Cataluña... de golpe los medios, la oposición y hasta el gobierno nos muestran que ese no es el ogro más temido. El monstruo que nos destruirá es otro: el ogro es la ultra-derecha.

Los contendientes son otros.

En una esquina tenemos al espantajo de los espantajos. El monstruo de los monstruos: la ultraderecha. Les apoyan nada menos que unos pocos cientos de nostálgicos del franquismo y desencantados. Apenas se oponen a ellos los nazionalistas, la oposición de izquierdas y la mayor parte del gobierno del PP. Cuentan con poderosos medios de comunicación, como... como... con poderosos medios de comunicación. 

En la otra tenemos a los demócratas entre los demócratas. Los maestros del "seny": los nazionalistas catalanes. Les apoya aproximadamente la mitad de la población catalana (los otros tendrán que apoyarles o largarse). Políticamente apenas cuentan con el apoyo de los partidos nacionales de izquierda, parte del gobierno y la indiferencia del presidente (que en el fondo espera que el problema le estalle a su sucesor). A diferencia de los ultraderechistas apenas cuentan con medios de comunicación, las televisiones autonómicas catalanas, la Sexta, Cuatro, Telecinco, la TVE, El País, Público y la prensa catalana. Les critican por mostrar el apoyo de la infancia catalana, por reinterpretar la historia y por defender esa reinterpretación. Pero guardan además otra carta: las cloacas del estado parecen apoyarles.

Esta tarde accidentalmente he visto Cuatro (estaba en el gimnasio y había una tele encendida) y cómo clamaban contra el terrible peligro que supone la ultraderecha para la seguridad del Estado. ¡Qué conveniente que ante el mayor desafío planteado a la libertad, a la democracia y a la convivencia de los españoles reaparezca el espantajo de la extrema derecha! ¡Qué conveniente que no se sepa nada de la carta de Rajoy a Mas! ¡Qué conveniente! ¡Qué poco me han sorprendido las noticias que vinculan a algunos de los detenidos con el CNI!