viernes, 25 de enero de 2013

¿Alternativa a la democracia? (Russell's mix)



No pensaba hacer otra entrada en este blog tan pronto pero la entrada de Patoace ¿Alternativa a la democracia? me ha animado (eso y no llenarle de comentarios en el debate que mantenía con otro co-forero (¿existe el palabro?) respecto a monarquía o república.

La cuestión era proponer alternativas al sistema democrático. En mi opinión no las hay. Sé que es matar la pregunta desde el principio, pero es que es, sin duda, el mejor de los sistemas posibles. ¿Se puede mejorar? Sí, sobre todo en España. 


  • El problema de los electores. Aunque la percepción generalizada es que el problema procede de la propia casta política está muy generalizado (oooops, por mí el primero), es evidente que el problema es de base. Ineptos como Rodríguez Zapatero, cobardes como Rajoy o corruptos como González no deberían haber llegado a la jefatura del gobierno, porque cualquier votante con dos dedos de frente no debería haberlos votado. No somos votantes: somos hooligans. Nadie o casi nadie lee los programas electorales, nadie contrasta lo que dicen o transmiten los partidos con lo que realmente cree, con lo que necesita o con lo que considera bueno, justo y necesario. Tal vez sea un problema educativo, cultural o una maldición. Pero es así. ¿Cómo solucionarlo? Lo único que se me ocurre sería limitar el ejercicio del voto (ojo, no he dicho derecho). Lo más razonable sería que para obtener la tarjeta electoral habría que pasar una prueba de conocimiento de los programas de los candidatos y un psicotécnico para demostrar madurez.

  • El problema de los candidatos. En mi opinión uno de los momentos más devastadores para la imagen de la casta política tuvo lugar en el último intento de Madrid por ser sede olímpica. Ante la delegación del COI las autoridades de Madrid, de la Comunidad y del Gobierno Nacional, sólo dos personas hablan en inglés correctamente (la presidenta de la Comunidad y la hija adolescente de uno de los consejeros), el alcalde de Madrid se atreve con un par de frases en inglés, pasa al francés y finalmente se refugia en el castellano. El resto nada de nada. A todo esto para conseguir cualquier trabajo tienes que acreditar un buen nivel de inglés y, a ser posible, de otro idioma. Nuestros políticos no saben lo que es trabajar. Son apparatchiks. En el PSOE son gente de partido con apenas formación y sin experiencia laboral, en el PP son brillantes opositores que se sacan una plaza de funcionario, piden la excedencia y pasan al partido sin experiencia laboral. Está además la cuestión de los bailes de ministerios en los cambios de gobierno: a la ministra de sanidad se la cambia por el de fomento y pasa a sustituir al de asuntos exteriores que pasa a industria... Son gente sin preparación específica, sin otra experiencia que el partido. ¿Cómo solucionarlo? Los candidatos deberían acreditar una formación, conocimiento de idiomas y dedicarse únicamente a funciones públicas en el área de su especialidad.

  • El sistema electoral. ¿Qué lógica tiene que un partido como IU con muchos más votos que CiU tenga menos representantes? ¿Qué lógica el que un diputado por Soria requiera menos votos que uno por Sevilla o, por supuesto, que por Madrid? ¿Por qué listas cerradas, si luego los cargos electos pueden hacer con el cargo lo que quieran? Nuestro sistema electoral no tiene ni pies ni cabeza. ¿Cómo solucionarlo? Para empezar si el Congreso es una cámara nacional, ¿por qué no hay circunscripción única? Las únicas circunscripciones territoriales deberían ser para el senado y cada escaño debería corresponder a un territorio con la misma población que los demás (como en el Reino Unido) y el Senador debería atender determinado número de horas a sus electores.

  • La separación de poderes. Otro problema que hay en España es que, como dijo Arfonzo Guerra, Montesquieu ha muerto. El poder legislativo, elige al ejecutivo (en realidad el partido que controla la mayoría del legislativo) que a su vez nombra al judicial. Todos le deben lealtad a los partidos y aquí acaba todo. ¿Cómo solucionarlo? El ejecutivo debería salir de una elección aparte, algo así como el sistema de presidenciales, pero votando a un equipo: fulanito de jefe de gobierno, fulanita para Asuntos Exteriores, menganito para Economía...

  • Hipertrofia del Estado. Cuidado Russell que aquí te van a ver el plumero. Y es que la cosa se va poniendo seria. El modelo español no tiene nombre... no, no lo tiene porque cualquier nombre que se use por muy adjetivado que esté se quedará corto. El elefantiásico aparato con un gobierno central, gobiernos autonómicos, diputaciones provinciales, mancomunidades, cabildos insulares, más ayuntamientos que en Alemania con la mitad de población... cada uno con sus asesores y cargos nombrados para las mismas cosas es algo digno del jurásico. ¿Cómo solucionarlo? Un gobierno nacional mínimo encargado de administración territorial, justicia, asuntos exteriores, defensa, policía, hacienda pública y legislación. Nada más. Ayuntamientos en menor número. Nada más. El resto no es necesario. No aporta nada. Lo de acercar la administración a los administrados es una milonga.

  • La Constitución. En España es ahora mismo papel mojado, puesto en duda por unos, relativizado por los que deberían interpretarla y despreciado por todos. ¿Cómo solucionarlo? Debería ser algo más reducido, dejar bien claro cuales son los derechos fundamentales (vivir, libertad de conciencia, libertad de culto, libertad de opinión y poco más), cómo se organiza el estado y los principios fundamentales que lo rigen todo.

  • La forma de Estado: ¿Monarquía, República o todo lo contrario? Personalmente soy favorable a una forma republicana. Creo que la historia española y europea en general suministra argumentos de sobra en contra. Se me podrá decir que con los presidentes de la república y  presidentes de gobierno en España la experiencia no ha sido mejor. Sí, pero te los puedes quitar de encima en menos tiempo, los puedes procesar (o deberías poder procesar) si actúan contra la ley y se supone que deberían ser gente formada, no un tío que herede el negocio familiar. 


Podría extenderme más, pero es tarde...







5 comentarios:

  1. También habría que limitar el poder de los partidos políticos. Que se financien como la Iglesia: con la equis en la declaración o con lo que den sus afiliados.

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    1. ¡Por supuesto! ¿Cómo pude olvidarlo?

      Por cierto, ¡Enhorabuena, eres el primero en comentar!

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  2. Ricardo de Argentina27 de enero de 2013, 1:51

    La autoridad no se dertiva del uso de la fuerza ni debería derivarse del concenso.
    La autoridad política viene de Dios, como lo ensenó NSJC.

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    1. No, NSJC nos enseñó que al César había que darle lo que era del César y a Dios lo que es de Dios. La respuesta a Poncio Pilato puede interpretarse también como un hacerle notar que él no era más que un mandado.

      El derivar la autoridad política de la autoridad religiosa sería cesaropapismo y es algo muy protestante la "Defensio fidei catholicae et apostolicae adversus Anglicanae sectae errores" de Francisco de Suarez fue publicada precisamente para condenar esa doctrina).

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