miércoles, 23 de enero de 2013

De políticos y otros moluscos



"Ser diputado no es solamente levantar la mano y cobrar" rezaba un letrero allá por 2007 en Guatemala. No, no lo es y bien que lo demuestran los próceres de nuestra patria. La semana comenzaba con la noticia que muchos votantes del PP estaban esperando. No, no me refiero a la penalización del aborto. Ni tan siquiera a una modificación en esa legislación. No, Mariano Rajoy pretende proteger a los formas fetales (sic) de mamíferos (excepto el hombre) y a los cefalópodos.

Al principio uno lo lee y piensa que no es más que una cortina de humo, o que trata de superar al inimitable Rodríguez con su ley gran simio, pero luego se da cuenta de que no. Pensemos en lo que es un cefalópodo:


  • es un molusco marino sin concha, con concha interna (la excepción es el nautilus que la tiene externa)
  • tienen ocho o diez tentáculos con ventosas,
  • normalmente son depredadores que cazan al acecho,
  • algunas especies (calamares y sepias) tienen la capacidad de expulsar tinta por su sifón para crear una nube que permita su huída ante el ataque o la presencia de un potencial depredador,
  • otras (las sepias) tienen la capacidad de cambiar de color según la situación para camuflarse, para intimidar a un adversario o atraer hembras,
  • otras (como los pulpos) tienen la capacidad de introducirse por cualquier orificio o resquicio para huir de otros depredadores,
  • hay algunas especies (también de pulpos) que cuentan con un potente veneno para defenderse,
  • finalmente hay algunos individuos (como el pulpo Paul) que aparentemente son aficionados al fútbol.
Si uno analiza esas características y prescinde de lo menos significativo (las dos primeras) se encuentra con la descripción de un político patrio.

Veamos algunos ejemplos:



Con esto queda claro que lo que nuestro presidente de gobierno no buscaba era notoriedad, ni superar a su predecesor, tan solo proteger a la casta política.




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