domingo, 24 de noviembre de 2013

Lo que está mal



A la luz de los acontecimientos que se suceden en nuestra querida piel de toro desde que Marianico Rajoy nos... nos... desde que Marianico dormita en el palacio de la Moncloa, me preguntaba el otro día cuales deberían ser las principales preocupaciones de los españoles en las encuestas del CIS.

En una primera aproximación llegué a algo así como esto:

  1. Los políticos,
  2. El paro provocado por los disparates económicos que proponen y aprueban los políticos,
  3. Los problemas económicos provocados por los disparates económicos que proponen y aprueban los políticos,
  4. La situación de la Justicia provocada por los disparates que proponen y aprueban los políticos,
  5. La mala calidad de la enseñanza en España a causa de los disparates que proponen y aprueban los políticos,
  6. La financiación de los sindicatos debida a los disparates que proponen y aprueban los políticos,
  7. La inestabilidad en Oriente Medio, especialmente en Siria, provocada por los disparates que proponen y aprueban los políticos.
Pero ayer volviendo a casa en coche me puse a pensar y, como la madre Teresa, me di cuenta que lo que estaba mal era yo. Me explico, lo que está mal es el españolito de a pié. Podemos justificarlo como Luis del Pino en que la casta política lo  ha hecho muy bien al desarmar totalmente a la sociedad civil hasta el punto de hacernos tragar la suelta de etarras y delincuentes peligrosos como la derrota de ETA. Pero en el fondo es que no hacemos nada realmente por oponernos.

¿En qué pensaba yo ayer? Me fijaba en cómo conducimos. La mayoría de la gente ignora las señales a menos que indiquen que la carretera está cortada... o que hay un radar o que se vea un coche de la policía. Las normas de conducir, y en general todas las normas, se respetan únicamente si hay riesgo de sanción inmediata. Las facturas sin IVA, el fraude en la declaración de la renta, las descargas ilegales...

Esta semana también se anuncia una reforma en el código penal que suponía, entre otras muchas cosas, sancionar con hasta seiscientos mil euros el interrumpir una misa. Los argumentos de los que discutían esta noticia en los comentarios contenían lo siguiente:

  1. "Es la prueba de que el gobierno del PP está controlado por los curas"... tal vez sea por eso que mantiene la política abortista tradicional del PPSOE y no hayan tocado ni una coma de esa ley,
  2. "Habría que dejar de dar dinero a la Iglesia de la declaración de la renta, ¡fuera casilla!"... en realidad el problema es que no hay casillas para decidir si se les da dinero o no a judíos, musulmanes o evangélicos que lo recibirían igual aunque nadie decidiese darles nada y, por supuesto, que no hay casillas para sindicatos y partidos políticos (aunque esta semana el PP haya reconocido que más del 80% de su presupuesto procede de subvenciones),
  3. "Es un ataque a la libertad de la gente"... efectivamente, de los que están celebrando algo y se les ataca por ello,
  4. "Sería lo mismo interrumpir una clase de yoga"... sí, al igual que es lo mismo interrumpir una sesión del congreso que la reunión de los jugadores de chapas del número cinco de la avenida de la Constitución de Móstoles,
  5. Por supuesto los tradicionales comentarios en torno a la pederastia...
La nuestra es una sociedad enferma y ahora mismo no sé si nuestros políticos son la causa o un síntoma más. ¿Qué opináis?

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